El pH es una medida que indica la acidez o la alacalinidad del agua. Se define como la concentración de iones de hidrógeno en el agua.
La escala del pH es logarítmica con valores de 0 a 14. Un incremento de una unidad en la escala logarítmica, equivale a una disminución diez veces mayor en la concentración de iones de hidrógeno.
Con una disminución del pH, el agua se hace más ácida y con un aumento de pH el agua se hace más básica .
Mantener el PH correcto
Por lo tanto, es básico mantener el pH adecuado para la piel, pero ¿cómo lo hacemos? Es cierto que no resulta fácil, pero podemos incorporar ciertas medidas para ayudar a que esta barrera protectora se mantenga lo más estable posible.
No debes olvidar que cuando el pH sube, este se vuelve más alcalino. Sus consecuencias se aprecian de inmediato pues la piel se seca, pierde agua y ya no es capaz de formar esos lípidos tan esenciales para su protección. No tardarán en aparecer síntomas tan molestos como infecciones o picor y tirantez. Pero si baja y se acidifica demasiado también se observan problemas cutáneos como inflamación o enrojecimiento de la piel e impurezas.
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