Paso 1: El limpiador a base de aceite nos permite eliminar todo el maquillaje que se acumula durante el día.
Paso 2: El limpiador a base de agua nos permite
lavar la cara después de desmaquillar para que no quede ningún rastro de
producto o suciedad.
Paso 3: Exfoliación. Este paso es crucial,
pues ayuda a eliminar células muertas y a deshacernos de las impurezas
acumuladas durante el día. También promueve la renovación celular, haciendo que
todos los demás productos se absorban mejor gracias a los principios activos.
Paso 4: El tónico. Los tónicos son muy
importantes, ya que mantienen el pH correcto de la piel y limpian aún más, al
mismo tiempo que hidratan y protegen.
Paso 5: La esencia. Este producto es más
concentrado que un tónico, pero menos pesado que un suero. Actúan a nivel
celular por lo que podrás ver resultados rápido.
Paso 6: El suero es perfecto para tratar
problemas específicos de la piel: los signos de la edad, las manchas, el acné,
la deshidratación, opacidad, etc.
Paso 7: La sheet mask es la reina de la
hidratación. Su composición permite que la mascarilla se ajuste completamente a
la forma del rostro, dejando que los nutrientes se absorban correctamente sin
evaporarse.
Paso 8: La crema de ojos es ideal para proteger,
hidratar y dar luminosidad a una piel mucho más delgada y delicada que la del
resto de nuestra cara. Recuerda aplicarla en todo el contorno de los
ojos.
Paso 9: La crema hidratante, sobre todo para la
piel seca, brinda aún más humectación a tu piel, sella esa humedad y todos los
productos que aplicaste antes. Aplica la crema y frota suavemente hasta que se
vaya disolviendo en tu piel
Paso 10: El protector
solar es -sin duda- el paso más importante de cualquier rutina pues
previene el envejecimiento y el cáncer protegiéndote del sol.